martes, 29 de septiembre de 2009

OBRO EN SILENCIO



Si prestamos atenciòn a una de las lecturas de Mateo, 6,1 nos habla de que cuando hacemos el bien o ayudemos al projimos no debemos divugarlo al son de las trompetas para que todos al escuchar nos premien porque en verdad ese es el premio ser reconosido en la tierra y ese reconosimiento es tan pobre que solo durara un par de horas y luego quedara en el pasado, y cuel sera entonses la forma o la manera de dar a conocer nuestras obras, es una que nos duele y nos carcome por nuestro ego, es dejar que solo lo sepan dos personas, Dios y el benefactor.-
En una oportunidad una persona muy allegada le tocò pasar por una de esas enfermedades que solo se salva con la muerte, y mientras estaba en el hospital fue visitada por muchisimos amigos y aparecieron algunos con la biblia, otros con el rosario el echo està que heran màs los que se hacian ver que otra cosa, ya se que soy un poco vulgar en hablar pero hera eso lo que se vehia, es màs esta persona obtuvo la gracia de Dios y sanò.-
Despues de un tiempo aparecieron hasta de debajo de las piedras todos los que habian resado y pedido y Dios habia escuchado estas peticiones, yo me pregunto: tiene recompensa celestial o es reconocido por Dios todas esas oraciones o pedidos o el premio se les dio en la tierra solo con palabras que luego se las lleva el viento?
En verdad pedimos la recompensa con anticipaciòn porque no podemos esperar con nuestro silencio a recibir un premio ahùn mayor de parte del Padre celestial, como decia anteriormente ese ego de superioridad, de ignorancia nos arrastra a segir cometiendo errores y porque no tambien de pecar ya que nos sentimos superiores hasta con nuestras oraciones, cuan debiles somos.-
Muchas son la ocasionen en el paso de Jesus entre nosotros e lcual hiso milagros ayudando asi salir de los males o las enfermedades para que tengamos una vida mas confortable y no lo comentaba con nadie solo lo podian saber quienes lo habian visto concretar estas obras, y si pensamos en una refleccion que hace cuando se le presenta un siego de nacimiento el cual se decia que esa cegera pertenecia al pecado de los padres y ese era su castigo, pero Jesus con su humildad contesta:” esta cosa no es obra del pecado sino para que unas obras de Dios se hagan en èl y en una forma clarisima....”(Jn.9,1)o se que si hubieramos sido algunos de nosotros pregonariamos que nuestras oraciones lo curaron, o no es asi? Cuantas cosas debemos curar no solo a nuestro corazon sino a nuestra lengua, cuantas vidas se salvarian, cuantas vidas dejarian de pasar por la insertidumbre de la pobresa o de la enfermedad, cuanto bien hariamos a nuestro projimo con nuetras oraciones en silencio.-
Si obserbamos un poco a nuestro corazòn encontraremos que muchas veses deseamos ser premiado; tenemos presentes cuando un militar regresa de una miciòn con exito se le otorga rapido una condecoraciòn, o sea una medalla en el pecho, miremos en los desfiles entonses y nos encontraremos con militares o hasta civiles que pasan medio encorvados pero no porque tienen problema de cintura sino por el peso de tantas medallas que llevan prendida, y nosotros los miramos y sonamos con ser premiados al menos una vez por algo, yo los invito a inmajinarnos en uno de esos desfiles a Jesus, tambien caminaria medio encorvado por su condecoraciòn, pero esa condecoraciòn no tiene brillo, porque esa medalla es mas pesada que las simples estrellitas colgadas en el pecho, porque esa condecoraciòn se las damos nosotros, si es esa cruz, una cruz que es el premio, pero no a Jesus es a nosotros, es el premio al perdòn de los pecados, es ese premio que cada dia se torna màs pesado porque no somos capases de alivianar esa cruz; si sacamos ejemplo de ello notaremos que este hombre no pregono a los cuatro vientos sus milagros pero tuvo la mayor recompensa, estar a la derecha del Padre.-
Dejemos entonses ese esgo personal y hagamos que nuestras oraciones, nuestras peticiones y nuestras obras tomen màs fuerzas en el silencio, entre Dios y nosotros.-
Leonardo...........

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